El 12 de noviembre de
2011 fue un día histórico para nuestra comunidad artística de la UNC. Fue una
fiesta, fue un festejo, una conmemoración y también el cicatrizar un dolor. Que
la comunidad universitaria nos otorgue el estatuto de Facultad es el reconocimiento
de una lucha histórica y es también reconocer nuestras necesidades como
institución académica y cultural, y nuestro derecho a pensarnos y construirnos
a nosotros mismos.
Hay que pensar a la
Facultarización de la Escuela como un hecho simbólico, entendiendo que el campo
del saber “sabio” se ha comportado como si el arte y la cultura no fuesen
también un alimento, una necesidad y un derecho de los pueblos. Hoy estudiantes, no docentes, graduados y
docentes, nos ubicamos en un sitio de mayor reconocimiento y respeto por
nuestra institución, nuestras disciplinas y comunidad. Venimos de un
modelo de país que tomaba a la educación como una mercancía, donde la importancia
de las carreras se definía en base a la ganancia monetaria y a las exigencias
del mercado. Y así las disciplinas que no cumplían con estos cánones fueron
desvalorizadas. Hoy tenemos un modelo de país y de universidad distintos, donde
la ciencia, el arte y la cultura tienen un lugar privilegiado.
Además tenemos que ser
conscientes de que nuestra facultad trasciende lo simbólico y nos exige poner
las manos a la obra: producir arte, enriquecer nuestras carreras y a nuestros
compañeros con el aporte cotidiano, participar de las cátedras, de las
actividades que florecen en los pasillos, participar de la política de la
facultad, participar de las luchas y así también de las conquistas. Hacer
concreto lo que decimos y soñamos.
Y los que les escriben,
estudiantes de esta nueva facultad, somos Dos Puntos de Artes, estudiantes
organizados para hacer un mundo un poquito más justo, empezando por nuestra
facultad. Y en la Universidad somos La Bisagra, un movimiento universitario
independiente, que como nosotros en Artes, coordina a otras tantas
organizaciones en las diferentes facultades. Con este escrito queremos
presentarnos, darnos a luz nosotros y nosotras mismos, en una fundación que
requiere asumirnos como actores políticos en una facultad en construcción. Y es
porque es necesario poner manos y cabeza a trabajar para hacerla una facultad
de vanguardia: la que vaya a la cabeza de las transformaciones, para hacerse
más justa, inclusiva, emancipadora, de calidad académica y artística. Hacerse
más pública y abierta a la comunidad. Hacerse a sí misma y hacerse con otros.
Hacer una facultad de la que todos y todas nos sintamos orgullosos de
pertenecer.
Multiplicar es la tarea.
Sus compañeros y
compañeras de dos puntos, La Bisagra de Artes.
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